miércoles, 25 de enero de 2017

DE LOS ESPEJOS Y UNA CHICA ROTA

Ya cansado de la dictadura de tu imagen, de tener que derrapar en el intento de ver el lado correcto de las cosas. De lo incorrecto existe demasiada evidencia y de lo correcto ya he olvidado todas las aristas. Si ha crecido únicamente lo opuesto es porque no se han tomado las direcciones indicadas ni se han compuesto las canciones correctas ni se han escrito las historias necesarias.
Es alguna clase de miedo el que me contiene, el que impide que golpee los vidrios y los espejos que revelan el verdadero estado de todo. Aunque no crea en la suerte y quiromancia de la ciencia implicada aquí, de la magia de una imagen distinta no puedo dejar de sentir cierta nostalgia. Más que cansado de los reflejos que los espejos del mundo pueden ofrecer. Venga alguien a ofrecer el instante preciso, y dejemos de lado todas las imágenes que perpetúan la marca simple de tu ritmo. Quememos el estatuto de tu dictadura, que yo para pobres sustitutos ya no tengo corazón.

Querida chica, perdona el estar de mi parcialidad, el estar de todo lo contrario, pues quién soy yo ni más ni menos que todos excepto el que debiera ser.
Cuántas palabras quise decir pero apareció el otro yo que es la cara opuesta de la oportunidad. Quizá el posible habitante de mi lecho verdadero, el que viste el calzado correctamente y el que abotona la camisa de manera simétrica.

Que estúpida razón tuvieron siempre los espejos, y qué peor espejo que el común de todos los días. Pues nunca me detuve a examinar el claro oscuro de mis batallas, a pesar de que el espejo me gritaba en el rostro que no debía mantener la corona de rey cuando de duque no tengo nada. Veamos. Te revela la imparcialidad de un enemigo similar y contrario, y ya no queda belleza disponible, ni cambios ni perpetuos posibles. Que estúpida razón tuvo siempre el bastardo espejo que olvidaste en el cuarto junto al pasar de los días. Eso aseguro a pesar de seguir creyendo en que el reflejo tiene esquinas y compartimientos que sobrepasan mi alcance por fuera de mi cuarto.

Querida chica,  el precio que debe pagarse nunca es el indicado, y el objeto siempre es más valioso que el precio pactado. Se aprende caminando junto a anticuarios que por debajo de un montón de cachivaches comúnmente se halla un tesoro inesperado. ¿Por debajo de que piedra aparecerá el siguiente mito, o el reflejo del espejo de los días?
Atesora el espejo roto, y por sobre todo al que rompe espejos por pasatiempo, al que está cansado de la dictadura de tu imagen.
Hace tiempo que rompí tu espejo, pero no te niego que guardo fragmentos del cristal en los bolsillos, junto a cigarrillos que acompañan la visión cálida de un espejo mutilado. Pues es así cómo se construyen los rostros y el pleno verdadero de una sonrisa. ¿A quién le queda fuerza para corromper una batalla pura pero perdida? Seria como combatir con mi propia sombra, el reflejo maldito. Que lástima que mi sombra nunca alcanzó a cubrir la tuya; ni por si acaso se le pasó por la mente despegar más alto que la mezquindad de mi tamaño.

Vi al hombre que te llamaba Luna, y las tres y media no es la hora de la luna sino la hora de la oscuridad que se traga los reflejos. Es el único grito real de misericordia, el hecho de querer oscuridad y librarse de la dictadura de lo innecesario. Y ¿qué puedes hacer cuando la misericordia se te acaba? Mirar el espejo o acudir a la chica que te ha roto. Es la única que organiza lo quebrado en piezas similares.
De esa forma se ha llamado. Se ha dicho: "I´m broken". Se ha dicho que la sangre brota por el costado de su imagen, que su ruego es el culpable de la estadía de su sombra. Se ha dicho que su silencio la tortura; no queda mucho más por hacer cuando resulta que los reflejos callan en absoluto. Me ha dicho :"I´m broken", y me ha roto por completo, y después de oír la ruptura no hay espejos en los cuales confiar, así que he terminado siendo el mismo salvo por la fina indiferencia para con lo opuesto.

Ya te has roto en infinitas partes, y es verdad que el peso de todo lo que ha sobrevivido es similar al peso de todo lo olvidado. Pues de la dictadura de tu imagen me libero con un sólo golpe de manos en el centro de tu conquista. Cómo si bastara con acallar las imágenes. Permaneceré incrédulo y confiado en que la próxima vez la fuerza de tu imagen no será tan dictatorial como la realidad de tu presencia.

Martes 30 de Abril de 2013